martes, 28 de abril de 2015

Redes de Prostitución


El auge de las redes sociales ha servido como medio para que jóvenes creen paginas de servicio sexual

Autoridades de la Dirección de la Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf) exteriorizaron ayer su preocupación por el comercio sexual en las redes sociales que ahora envuelve a menores de edad, por lo que plantearon medidas más duras y efectivas para prevenir e interrumpir estas prácticas.

Reconoció que la niñez es altamente vulnerable a este tipo de actos punibles, los cuales en los últimos años ha proliferado debido a la expansión de los servicios y medios informáticos y electrónicos que limitan la capacidad de supervisión del Estado. Manifestó que es necesario fortalecer la investigación criminal 

Asimismo, lograr la plena aplicabilidad de la legislación penal vigente a fin de que toda persona responsable de la comisión de delitos que atenten contra la integridad y la libertad sexual de niñas y niños sean sometidas a un sistema de justicia expedito.

           Prostitución infantil en San Pedro Sula

            Arrimadas a los vehículos, las menores ofrecen una “tocada” o “algo más” a los conductores a cambio de dinero.
   
 San Pedro Sula, Honduras

Nadie sospecharía que detrás de la simple mendicidad que a diario se vive en las calles sampedranas se esconde la explotación de menores a plena luz del día.

Las niñas esperan que la luz roja de un semáforo les abra paso para circular en medio de la fila de vehículos y colgarse de los cabezales de las rastras o acercarse a las ventanillas de los autos para ofrecer servicios sexuales.


Eran las 3:00 pm, cuando un vehículo Hyundai Elantra gris que llevaba puestas las luces intermitentes se estacionó en la 7 calle de la avenida Juan Pablo II de San Pedro Sula. Tras estacionarse, una de las niñas que a diario pide dinero en el sector se acercó al automotor e inició una conversación con el conductor. “Me das 50 lempiras. Mira que hoy solo he conseguido 10 pesos y tengo que conseguir más”, dijo la menor que apenas ronda los 12 años.


El hombre sorprendido por la cantidad le preguntó a la niña por qué pedía los 50 lempiras. Y sin inmutarse la pequeña respondió: “Es para tocarte”. Junto a la menor se encontraba otro grupo de niñas que todos los días llegan al punto para pedir limosna y ofrecer servicios a los motoristas que hacen el alto cuando el semáforo está en rojo.